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FIESTAS DE LA ASUNCIÓN Y SAN ROQUE. MARAÑÓN
16 agosto
El 16 de agosto marca el último día de las fiestas, iniciando con solemnidad a través de una Misa seguida de una procesión que recorre las calles del pueblo. En este acto de fe y tradición, las imágenes de San Roque y San Sebastián son llevadas en procesión, simbolizando la devoción y el agradecimiento de la comunidad. Este evento congrega a fieles y visitantes, quienes se unen en un recorrido espiritual por el pueblo, marcando el comienzo del fin de las celebraciones.
A continuación de la procesión, el último día de fiestas reserva un espacio especial para los más pequeños con la instalación de hinchables. Este momento está dedicado al entretenimiento infantil, donde los niños tienen la oportunidad de jugar y disfrutar en un ambiente seguro y festivo. Los hinchables, con sus variadas formas y colores, se convierten en el centro de atracción para ellos, ofreciendo horas de diversión y actividad física.
Tras el entretenimiento infantil, la fiesta continúa con una comida popular, un evento que reúne a toda la comunidad para compartir y disfrutar juntos. Este almuerzo colectivo se caracteriza por su ambiente de alegría, donde vecinos y visitantes se congregan alrededor de las mesas. Es una expresión de la hospitalidad y el espíritu comunal que prevalecen en las festividades, haciendo que todos se sientan parte de una gran familia.
Después de disfrutar de la comida popular, la fiesta prosigue con una sesión de música enfocada en las rancheras, un género que aporta un toque melódico y emocional al ambiente festivo. La música ranchera, con su característico acompañamiento de guitarras, trompetas y violines, crea un ambiente único que fomenta el canto colectivo y el baile.
El 16 de agosto marca el último día de las fiestas, iniciando con solemnidad a través de una Misa seguida de una procesión que recorre las calles del pueblo. En este acto de fe y tradición, las imágenes de San Roque y San Sebastián son llevadas en procesión, simbolizando la devoción y el agradecimiento de la comunidad. Este evento congrega a fieles y visitantes, quienes se unen en un recorrido espiritual por el pueblo, marcando el comienzo del fin de las celebraciones.
A continuación de la procesión, el último día de fiestas reserva un espacio especial para los más pequeños con la instalación de hinchables. Este momento está dedicado al entretenimiento infantil, donde los niños tienen la oportunidad de jugar y disfrutar en un ambiente seguro y festivo. Los hinchables, con sus variadas formas y colores, se convierten en el centro de atracción para ellos, ofreciendo horas de diversión y actividad física.
Tras el entretenimiento infantil, la fiesta continúa con una comida popular, un evento que reúne a toda la comunidad para compartir y disfrutar juntos. Este almuerzo colectivo se caracteriza por su ambiente de alegría, donde vecinos y visitantes se congregan alrededor de las mesas. Es una expresión de la hospitalidad y el espíritu comunal que prevalecen en las festividades, haciendo que todos se sientan parte de una gran familia.
Después de disfrutar de la comida popular, la fiesta prosigue con una sesión de música enfocada en las rancheras, un género que aporta un toque melódico y emocional al ambiente festivo. La música ranchera, con su característico acompañamiento de guitarras, trompetas y violines, crea un ambiente único que fomenta el canto colectivo y el baile.
El 16 de agosto marca el último día de las fiestas, iniciando con solemnidad a través de una Misa seguida de una procesión que recorre las calles del pueblo. En este acto de fe y tradición, las imágenes de San Roque y San Sebastián son llevadas en procesión, simbolizando la devoción y el agradecimiento de la comunidad. Este evento congrega a fieles y visitantes, quienes se unen en un recorrido espiritual por el pueblo, marcando el comienzo del fin de las celebraciones.
A continuación de la procesión, el último día de fiestas reserva un espacio especial para los más pequeños con la instalación de hinchables. Este momento está dedicado al entretenimiento infantil, donde los niños tienen la oportunidad de jugar y disfrutar en un ambiente seguro y festivo. Los hinchables, con sus variadas formas y colores, se convierten en el centro de atracción para ellos, ofreciendo horas de diversión y actividad física.
Tras el entretenimiento infantil, la fiesta continúa con una comida popular, un evento que reúne a toda la comunidad para compartir y disfrutar juntos. Este almuerzo colectivo se caracteriza por su ambiente de alegría, donde vecinos y visitantes se congregan alrededor de las mesas. Es una expresión de la hospitalidad y el espíritu comunal que prevalecen en las festividades, haciendo que todos se sientan parte de una gran familia.
Después de disfrutar de la comida popular, la fiesta prosigue con una sesión de música enfocada en las rancheras, un género que aporta un toque melódico y emocional al ambiente festivo. La música ranchera, con su característico acompañamiento de guitarras, trompetas y violines, crea un ambiente único que fomenta el canto colectivo y el baile.
El 16 de agosto marca el último día de las fiestas, iniciando con solemnidad a través de una Misa seguida de una procesión que recorre las calles del pueblo. En este acto de fe y tradición, las imágenes de San Roque y San Sebastián son llevadas en procesión, simbolizando la devoción y el agradecimiento de la comunidad. Este evento congrega a fieles y visitantes, quienes se unen en un recorrido espiritual por el pueblo, marcando el comienzo del fin de las celebraciones.
A continuación de la procesión, el último día de fiestas reserva un espacio especial para los más pequeños con la instalación de hinchables. Este momento está dedicado al entretenimiento infantil, donde los niños tienen la oportunidad de jugar y disfrutar en un ambiente seguro y festivo. Los hinchables, con sus variadas formas y colores, se convierten en el centro de atracción para ellos, ofreciendo horas de diversión y actividad física.
Tras el entretenimiento infantil, la fiesta continúa con una comida popular, un evento que reúne a toda la comunidad para compartir y disfrutar juntos. Este almuerzo colectivo se caracteriza por su ambiente de alegría, donde vecinos y visitantes se congregan alrededor de las mesas. Es una expresión de la hospitalidad y el espíritu comunal que prevalecen en las festividades, haciendo que todos se sientan parte de una gran familia.
Después de disfrutar de la comida popular, la fiesta prosigue con una sesión de música enfocada en las rancheras, un género que aporta un toque melódico y emocional al ambiente festivo. La música ranchera, con su característico acompañamiento de guitarras, trompetas y violines, crea un ambiente único que fomenta el canto colectivo y el baile.
El 16 de agosto marca el último día de las fiestas, iniciando con solemnidad a través de una Misa seguida de una procesión que recorre las calles del pueblo. En este acto de fe y tradición, las imágenes de San Roque y San Sebastián son llevadas en procesión, simbolizando la devoción y el agradecimiento de la comunidad. Este evento congrega a fieles y visitantes, quienes se unen en un recorrido espiritual por el pueblo, marcando el comienzo del fin de las celebraciones.
A continuación de la procesión, el último día de fiestas reserva un espacio especial para los más pequeños con la instalación de hinchables. Este momento está dedicado al entretenimiento infantil, donde los niños tienen la oportunidad de jugar y disfrutar en un ambiente seguro y festivo. Los hinchables, con sus variadas formas y colores, se convierten en el centro de atracción para ellos, ofreciendo horas de diversión y actividad física.
Tras el entretenimiento infantil, la fiesta continúa con una comida popular, un evento que reúne a toda la comunidad para compartir y disfrutar juntos. Este almuerzo colectivo se caracteriza por su ambiente de alegría, donde vecinos y visitantes se congregan alrededor de las mesas. Es una expresión de la hospitalidad y el espíritu comunal que prevalecen en las festividades, haciendo que todos se sientan parte de una gran familia.
Después de disfrutar de la comida popular, la fiesta prosigue con una sesión de música enfocada en las rancheras, un género que aporta un toque melódico y emocional al ambiente festivo. La música ranchera, con su característico acompañamiento de guitarras, trompetas y violines, crea un ambiente único que fomenta el canto colectivo y el baile.
Tejiendo Caminos y Bizi Codés colaboran para recabar información y mantener actualizada esta agenda que tiene como fin la promoción y disfrute de todos los eventos celebrados en los pueblos de la Sierra de Codés.