espronceda
Anidada en el corazón mismo de la Sierra de Codés, Espronceda es una villa y municipio en la Comunidad Foral de Navarra. Este rincón especial se encuentra en la Merindad de Estella, dentro de la comarca de Estella Occidental, enmarcado por el Valle de Aguilar, a escasos 75,4 km de la capital regional, Pamplona y 31,4 km de la capital riojana. Con una población actual de 107 personas empadronadas, Espronceda se distingue por su ambiente tranquilo, y por ser una comunidad amable y generosa con una auténtica conexión con sus tradiciones y la naturaleza que les rodea. Arropado por la imponente belleza de la Sierra de Codés, este lugar se convierte en un refugio sereno durante el otoño e invierno, mientras que en verano cobra vida, atrayendo a vecinas y vecinos a las piscinas locales para disfrutar de días soleados. La atmósfera de Espronceda invita a explorar la riqueza histórica y paisajística de la región en cualquier temporada. Ya sea sumergiéndose en la historia local o disfrutando de la naturaleza circundante, cada rincón de este municipio ofrece una experiencia única.

HISTORIA
Las armas heráldicas de Espronceda, datadas en 1324, son un valioso testimonio de la historia y lealtad de sus habitantes. Adoptadas cuando los vecinos se sometieron voluntariamente al vasallaje del rey Carlos I de Navarra, el escudo se presenta cortado. En la primera mitad, sobre un fondo gules, destacan las cadenas de Navarra en orla, cruz y sotuer de oro. La segunda mitad, de azur, está sembrada con flores de lís de oro.
Este emblema encarna el compromiso y la conexión de Espronceda con su monarca, reflejando la decisión libre de sus habitantes en 1323 al adquirir la franquicia a Gonzalo Martínez de Morentin. Carlos I, en el mismo año, otorgó el fuero de Viana como símbolo de reconocimiento a la lealtad de la comunidad.
NAVARRATV. 28/09/2023. TIRAMILLAS ESPRONCEDA (video). YouTube.
El término de Espronceda alberga el yacimiento arqueológico de la Pedrigosa, un enclave de la Edad del Hierro que revela la riqueza histórica de la región, con cerámicas celtibéricas y artefactos como un canto de río perforado.
A lo largo de los siglos, Espronceda ha sido un lugar con vínculos cambiantes, desde su condición de señorío nobiliario hasta su asignación a Castilla en 1463 y su retorno a la soberanía navarra en 1467. A pesar de estas vicisitudes, la villa ha disfrutado del derecho de asiento en las Cortes del reino.
La disolución del Valle de Aguilar en 1845 marcó un cambio en la estructura municipal de Espronceda. En 1847, la villa contaba con una escuela cuyo maestro también ejercía como sacristán y secretario del ayuntamiento, recibiendo una remuneración anual de 74 robos de trigo y 100 reales. Durante la guerra de 1833-1839, el único monte en el término fue roturado, y a comienzos del siglo XX, se contaba con un molino harinero, testigos de las transformaciones y la vida cotidiana a lo largo de la historia de Espronceda.
~ Bizi Codés
ACTIVIDADES TURÍSTICAS Y CULTURALES
Senderismo
Visita a lugares patrimonio
Ciclismo
Tiempos de cosecha y vendimia
PATRIMONIO CULTURAL Y ARQUITECTÓNICO
La población de Espronceda destaca por la presencia de la parroquia de San Vicente, una joya arquitectónica construida en la segunda mitad del siglo XVI por la colaboración de Cristóbal de Zúñiga y Juan de Miaja, siguiendo los diseños de Martín de Landerrain. La simplicidad de su planta se compone de una nave única, cabecera poligonal y cubiertas con bóvedas de arista recientemente restauradas. La torre, construida en sillería, se erige desde principios del siglo XVII, añadiendo una nota distintiva al perfil del pueblo. En el interior de la parroquia, se conserva el retablo mayor, una obra maestra realizada a mediados del siglo XVII, adornada con escenas de la Infancia, representaciones de santos y la Asunción. La iglesia y la sacristía albergan varias tallas de diversa índole, como un crucificado y diversas representaciones de santos, cada una de ellas testigo de estilos artísticos variados. El ajuar litúrgico también cuenta con piezas destacadas, como una naveta y dos relicarios barrocos, que añaden valor y esplendor a la riqueza cultural y religiosa de la parroquia de San Vicente en Espronceda.
Los jardines exteriores de la parroquia, albergan una estatua del Obispo Juan Cruz Ruiz de Cabaña. Acompañado por dos niños, la escultura simboliza a los huérfanos a quienes brindó ayuda y refugio durante su estancia en México. Esta réplica fiel de la original, ubicada en el Museo Cabañas en Guadalajara, México, rinde homenaje al legado benevolente del obispo, conectando dos mundos a través de la escultura y la historia.
Las pintorescas calles de Espronceda albergan un tesoro histórico y espiritual: la Ermita de la Virgen del Campo. Enclavada en el corazón del municipio, esta joya arquitectónica resguarda una hermosa talla románica del siglo XIII de la Virgen del Campo en su interior.
Además de la Virgen del Campo, el interior de la ermita alberga dos tallas barrocas notables: una Virgen del Rosario, que data de la primera mitad del siglo XVII, y una Dolorosa del siglo X
En el ámbito de la arquitectura civil en Espronceda, destaca el Palacio de Acedo. Este magnífico edificio, erigido en sillería, es una joya arquitectónica que data del siglo XVII
La «Cruz del Término» o Crucero, en Espronceda, situada cerca de la Carretera de Aguilar, destaca por su singularidad. Con un fuste prismático liso, capitel decorado con relieves de santas, y una cruz que exhibe el Rey Sancho VII el Fuerte y un águila frontal, esta obra es un hito que fusiona historia y simbolismo en una estructura única en su tipo.
Los antiguos lavaderos públicos en los pueblos de Navarra fueron elementos fundamentales en la vida cotidiana de las comunidades, desempeñando un papel crucial en la higiene y la convivencia social. Estos lavaderos solían situarse en espacios públicos, a menudo cerca de fuentes o manantiales, para facilitar el acceso al agua y se convertían en espacios sociales donde las mujeres de la comunidad se reunían para realizar sus tareas domésticas y compartir noticias.

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ENTORNO NATURAL
Espronceda se encuentra estratégicamente ubicado en el pintoresco Valle de Aguilar, compartiendo esta hermosa región con localidades como Aguilar de Codés, Azuelo, Desojo y Torralba del Río. Este municipio se anida en la ladera sur de la imponente sierra de Codés, a una altitud de 549 metros, abrazando la riqueza de su entorno natural.
Rodeado por la majestuosidad de la sierra de Codés, Espronceda se asienta sobre un espolón de terreno que limita con el serpenteante río Linares y uno de sus afluentes. Esta ubicación geográfica única no solo proporciona vistas impresionantes de la sierra y el valle, sino que también añade una capa adicional de encanto a la experiencia del municipio.
El entorno natural que rodea a Espronceda brinda a sus habitantes y visitantes una experiencia única en la que la belleza paisajística se fusiona con la riqueza biológica. Este pintoresco pueblo, cuenta con una diversidad de elementos naturales que cautivan los sentidos y ofrecen oportunidades para la recreación al aire libre. El entorno se caracteriza por sus colinas ondulantes y campos que cambian de tonalidad con las estaciones. Durante la primavera, los campos se visten de verde intenso, mientras que en el verano, el dorado de los cereales maduros crea un espectáculo visual único y en el invierno se encuentra como telón de un majestuoso escenario, el Ioar nevado. La conexión con la naturaleza no solo se experimenta en los campos y bosques, sino también en la rica tradición agrícola que caracteriza a la zona. Los campos cultivados reflejan la dedicación de la comunidad local a la tierra, mientras que las festividades vinculadas a la agricultura celebran la cosecha y fortalecen los lazos comunitarios.
En resumen, el entorno natural de Espronceda no solo es un telón de fondo pintoresco, sino un tesoro que invita a descubrir la belleza y la diversidad de la naturaleza en cada rincón.

GEOGRAFÍA
Superficie: 8,8 km2 Densidad: 24,4 hab/km2
Altitud en el núcleo de viviendas: 549 m
Distancia a Pamplona: 75,4 km
Limita al N con Torralba del Río y Mirafuentes, el E con Desojo, al S con Armañanzas y al O con Espronceda y Torralba del Río. Su término municipal esta accidentado por serrezuelas de dirección O-E, colinas y pequeños valles, entre los que destaca el del río Linares, que entra por el O y a la altura de la villa toma la dirección SSE. Caben destacar tres unidades geomorfológicas: al N, la continuación de la llamada Sierra de Cábrega (Levate, 740 m), donde afloran las areniscas rojas y arcillas del Oligoceno; en el centro de la depresión de arcillas rosadas y las barras de yesos también del oligoceno, y al S arcillas y areniscas del Oligo-Mioceno, estas últimas dan los relieves más sobresalientes (La Sierra, 789 m, Cerro de San Cristóbal, 720 m).
Los principales valores climáticos medios anuales son: 11°C de temperatura, 600-1.000 mm de precipitaciones, caídas en 80-100 días, y 650-700 mm de evapotranspiración potencial; en conjunto es un clima de tipo mediterráneo continental. También lo es la vegetación: entre la cultivada hay olivos y de la natural no quedan más que los matorrales subseriales de una clímax de tipo encinar; hay 5 Ha, de pinares de repoblación y 1 de choperas.
personajes emblemáticos

Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, nacido en Espronceda (Navarra) en 1752 y fallecido en la Estancia de los Delgadillos, Nochistlán (México) en 1824, fue un destacado teólogo, canónigo, obispo de León (Nicaragua) y arzobispo de Guadalajara (México).
Su formación académica incluyó estudios en el Colegio de Viana, en Pamplona, y en la Universidad de Salamanca, donde obtuvo el doctorado en Teología. Ruiz de Cabañas sirvió en ministerios pastorales en diversas localidades de España, como Palencia, Valladolid, Jaén y Badajoz.
Nombrado por el rey Carlos IV como obispo de León (Nicaragua) en 1794, recibió las bulas pontificias y fue consagrado episcopalmente en Madrid en 1795. Sin llegar a viajar a su diócesis centroamericana, fue promovido a arzobispo de Guadalajara en México en 1795, donde tomó posesión en 1796.
Durante sus casi veintiocho años como arzobispo, Ruiz de Cabañas dejó un legado significativo. Contribuyó económicamente a la construcción de un seminario, redactando personalmente sus estatutos. Apoyó la fundación del Colegio del Corazón de Jesús y del Colegio apostólico de Zapopan. Invirtió grandes sumas en la reparación de templos y construyó el Hospicio, un edificio de arquitectura notable que hoy es conocido como el «Museo Cabañas», declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta institución dejó la costumbre de que todos los expósitos llevasen el apellido «Cabañas», en honor al prelado.
La actividad pastoral de Ruiz de Cabañas fue descrita como «verdaderamente prodigiosa». Trabajó incansablemente para aumentar el número de sacerdotes, curatos e iglesias, así como para construir presas, caminos e instituciones de beneficencia. Protegió la agricultura, impulsando el cultivo intensivo del añil y del cacao, contribuyendo al desarrollo económico de Guadalajara en el siglo XIX. Además de sus logros pastorales, Ruiz de Cabañas se destacó por su apoyo a la independencia de México. Contribuyó moral y económicamente a Don Agustín de Itúrbide y respaldó económicamente al Ejército Trigarante en 1821. Su decidido apoyo a la independencia lo llevó a ser privado del arzobispado de Santiago de Compostela, España. La vida de Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, marcada por su dedicación pastoral, contribuciones al desarrollo económico y respaldo a la independencia, dejó una huella duradera en la historia de México.
Nacido en Espronceda, 21-2-1915, el camino de su vida se teje con notables hitos y contribuciones a lo largo de las décadas. Después de vestir el hábito escolapio en Peralta de la Sal en 1930, se destacó por su dedicación al conocimiento al obtener la licenciatura en teología y un diploma en biblioteconomía en Roma.
Su compromiso con la educación lo llevó a enseñar en las Casas Centrales de Irache y Albelda en España.
El impacto de la Guerra Civil Española lo alcanzó cuando fue llamado a filas por el Gobierno de la República en distintas fechas durante 1936 y 1937. A pesar de los desafíos de aquel tiempo tumultuoso, continuó su compromiso.
Su liderazgo como Provincial de Vasconia (1952-1958) marcó un periodo de expansión y fundaciones. Organizó el postulantado en Estella, estableció el noviciado de Peñaflor en Malloco (1955) y consolidó la fundación del colegio «Calasanz» en Santiago, Chile. En Brasil, impulsó las fundaciones de Valadares y Boa Esperanza. Su influencia también se extendió a Japón, donde inauguró el colegio de Yokkaichi en 1955 y estableció la Delegación Provincial.
El retorno como Rector a Albelda (1958-1961) fue seguido por otra etapa como Provincial de Vasconia (1961-1967), donde sus acciones incluyeron la firma de un convenio con la Provincia de Austria para proporcionar religiosos jóvenes. Durante este tiempo, adquirió terrenos en Vitoria para un nuevo colegio (1962), marcando un avance significativo en la expansión educativa. Su servicio como Asistente Provincial en varios periodos, así como su participación en los Capítulos Generales de 1955, 1961, 1967, y en el Especial de 1969, reflejan su compromiso continuo y su contribución a la toma de decisiones a nivel institucional.
En resumen, su trayectoria está marcada por una dedicación profunda a la educación y a la expansión de la presencia escolapia en diversos lugares del mundo, a pesar de los desafíos históricos que tuvo que enfrentar.
Nacido el 20 de octubre de 1902 en Espronceda y fallecido el 17 de noviembre de 1971 en Pamplona, fue un destacado religioso y paleontólogo español.
Su vida estuvo marcada por una prolífica carrera en la investigación paleontológica y geológica, complementada con una labor docente. Colaboró estrechamente con prominentes geólogos y paleontólogos de su época, entre ellos Bataller, Colom, Crusafont, van Straelen y Villalta. Su contribución a la ciencia fue notable, y su legado perdura a través de su participación en la fundación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, así como su membresía en instituciones relevantes como la Institución Príncipe de Viana, la Real Sociedad Española de Historia Natural y el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Especializado en el estudio de nummulítidos y otros microfósiles, Ruiz de Gaona Leorza también se dedicó a la colaboración con espeleólogos y arqueólogos, explorando yacimientos en cuevas y realizando aportaciones significativas sobre los mamíferos del Mioceno. Su participación en muestreos de fauna del Cuaternario fue extensa y valiosa.
Los trabajos de Ruiz de Gaona Leorza son esenciales para la comprensión de la geología y paleontología del Pirineo y la costa cantábrica. Algunos de sus estudios adquieren una importancia particular debido a que se centran en yacimientos que, lamentablemente, han desaparecido con el tiempo. Su legado perdura como una contribución valiosa al conocimiento científico de la historia natural de España
Aunque nunca se ha establecido una conexión entre el poeta José de Espronceda y el pueblo homónimo, la posibilidad de que algún antepasado suyo tenga vínculos con la localidad no puede descartarse por completo. Se tiene constancia de que el abuelo de José de Espronceda provenía de Tafalla, Navarra, lo que sugiere una conexión geográfica con la región.

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alojamientos
CASA LEUZA
Situada en la Plaza de los Fueros de Espronceda, Casa Leuza tiene capacidad para 20 + 2 pax. Se distribuye entre la planta baja y dos pisos, además de jardín con barbacoa y terraza semicubierta en el primer piso.
CASA IDILEKU
La casa es una construcción tradicional del siglo XVIII rehabilitada por completo en 2006, conservando la fachada y la estructura de piedra y madera integrando todas las comodidades modernas necesarias para una agradable estancia. Habilitada para 8 personas, es una casa de 3 plantas
CASA MARKINEZENEA
Con capacidad para 4+2 pax., se distribuye en una sola planta con jardín y vistas excepcionales
ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES
BAR TXANKETE
En la plaza de los Fueros
Bar del Sindicato
En la plaza de los Fueros
ANTIGUAS TRADICIONES
En el pasado, la festividad de San Antón en Espronceda los habitantes llevaban a sus animales a la iglesia para recibir la bendición. Actualmente, en algunos pueblos cercanos aún se celebra con hogueras y patatas asadas, preservando la esencia de la festividad
Espronceda alberga también la Cofradía de San Sebastián, aunque actualmente cuenta con pocos miembros, quienes eventualmente se congregan en este día especial para compartir una comida. Esta reunión no solo representa un momento de hermandad entre los cofrades, sino también un acto de preservación de la tradición y la conexión comunitaria que sigue viva en Espronceda.
En la festividad de San Blas, era tradicional llevar la comida a la iglesia para recibir la bendición, creyendo que estos alimentos preservarían la garganta de cualquier mal. En la actualidad, la celebración depende de la presencia de un cura para llevar a cabo el ritual.
Este año sería el 14 de febrero. Es el primer día de Cuaresma. La cruz de ceniza que marca la frente de los fieles representa la mortalidad y la penitencia por sus pecados. Antes, la aplicaba un sacerdote durante la misa matutina, a menudo junto con una pequeña bendición: «Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás». Muchos optaban por dejársela puesta todo el día. La ceniza se obtenía de las hojas de palma quemadas durante los oficios del Domingo de Ramos (primer día de Semana Santa) del año anterior, que conmemoran la llegada de Jesús a Jerusalén una semana antes de ser crucificado y resucitado. Se cree que los residentes de Jerusalén le dieron la bienvenida agitando hojas de palma.
Hay una antiquísima tradición, en la Iglesia Católica, por la cual las campanas enmudecen durante los días centrales de la Semana Santa, es decir desde el «Gloria» del Jueves Santo hasta el otro «Gloria» de la misa de Resurrección.
Por lo que sabemos hasta ahora, el uso de las matracas es exclusivo de España.
Antiguamente las grandes torres de catedrales, parroquias, e incluso de pueblos, tenían unas grandes matracas, de madera, que variaban de una región a otra, y que sonaban en medio del silencio de las poblaciones, enlutadas por la muerte del Señor. Por encima de todo las matracas, carracas, carraclas, «brajoles», batzoles, «tenebres», y muchos más nombres, que sonaban, con un ruido rítmico, para llamar a los oficios.
En Espronceda solía ser un vecino quien salía por las calles a llamar a misa con este tipo de matracas.
El Sábado Santo la gente del pueblo se reunía en la iglesia donde se solía también dar lectura a la pasión.
Anteriormente, la tradición de llevar flores al cementerio solía acompañarse de una misa
Antiguamente y después de la cena se organizaban partidas de “Copo”, juego de cartas.
TRADICIONES ACTUALES
En el encantador día de Santa Águeda, los niños llenan de alegría las calles al visitar las casas con su melodiosa canción y el peculiar pedido de «un choricico, señora». En respuesta a su entusiasmo, las generosas familias les obsequian chorizo, huevos, caramelos y hasta un gesto de aprecio en forma de dinero, contribuyendo a la alegre recolección.
Con el tesoro recopilado, más tarde se les prepara a los pequeños una merienda especial, donde se fusionan la tradición y la camaradería. Es un día mágico que fortalece los lazos comunitarios y deja en los corazones de todos un cálido recuerdo. ¡Que viva la tradición de Santa Águeda y la dulce magia de compartir!