El Jueves Santo, una tradición conmovedora llevada a cabo por la Cofradía de la Vera Cruz, tiene lugar en la iglesia de Espronceda: El lavatorio de pies. En un gesto lleno de humildad y devoción, este ritual al que únicamente acceden los cofrades, simboliza la humildad y servicio, recordando el acto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos.

Jueves: Lavatorio de pies

Jueves: Merienda de penitentes

El Viernes Santo marca el inicio de una solemne vigilia que se extiende hasta el sábado, durante la cual se abstienen de tocar las campanas de la iglesia. Este período de reflexión contribuye a crear una atmósfera de respeto y recogimiento en la comunidad.

Después de la misa del Viernes Santo, los penitentes se sumergen en una procesión única.

Este conmovedor desfile, que transcurre en silencio y en medio del estremecedor golpe de las pisadas de los penitentes a un ritmo muy pausado, fuerte y solemne, es encabezado por el venerable señor  de mayor edad del pueblo.

El respetuoso acompañamiento a través de las calles refleja la solemnidad del día, creando un ambiente de profunda contemplación y respeto por los eventos sagrados que conmemora la Semana Santa. Es un momento de comunión espiritual donde el silencio y los pasos hablan más fuerte que las palabras.

Viernes: Misa y procesión

El Sábado de Gloria se vive en un clima de recogimiento, donde se evitan actividades festivas.

El Domingo de Resurrección, la atmósfera de espera y silencio se transforma en júbilo y regocijo. En este día de triunfo, las campanas que permanecieron en silencio durante el Viernes Santo y el Sábado Santo resuenan nuevamente con alegría, anunciando la celebración de la misa de Pascua.

Domingo: Misa