OLENTZERO. ESPRONCEDA

En Espronceda, la Nochebuena es única, empieza con una luz tenue que va creciendo. Muy lejos, en lo alto del monte, se enciende y baja rápida por el sendero hasta el pueblo. Es el Olentzero.
Los niños se emocionan, levantan la voz y le cantan para animarlo a seguir acercándose. Cuando la luz llega a la plaza, él aparece —y con él, Mari Domingi—: castañas calientes, algún regalo para quien se ha portado bien, abrazos, risas.
Cada 24 de diciembre, la tradición vuelve a poner el corazón en su sitio


Tejiendo Caminos y Bizi Codés colaboran para recabar información y mantener actualizada esta agenda que tiene como fin la promoción y disfrute de todos los eventos celebrados en los pueblos de la Sierra de Codés.








