En la noche más corta del año, la de San Juan, los habitantes de Bargota se reúnen para dar la bienvenida al solsticio de verano con una ancestral celebración de fuego y luz. Las hogueras se encienden, simbolizando la purificación y el poder renovador del sol en su punto más alto. La lumbre crepita bajo el cielo estrellado, mientras la comunidad se congrega en torno a este espectáculo pirotécnico que honra la luz solar y la fertilidad de la tierra. La tradición se viste de festividad en una velada que celebra el ciclo de la vida y la naturaleza en su esplendor estival.
Se prepara una hoguera. Con las brasas se cocina un asado (choricillo, panceta…). Es preciso apuntarse de antemano.