El Domingo de Ramos en Sansol se distingue por una encantadora tradición que involucra a los más pequeños de la comunidad. En este día especial, se preparan ramas de olivo adornadas con caramelos y otros ornamentos, que son entregadas a los niños. Cada niño lleva consigo su propia rama de olivo durante la misa, creando una atmósfera festiva y alegre en la iglesia. Durante la ceremonia religiosa, se coloca otra rama de olivo en la iglesia para que cada hogar pueda tener la suya. Esta práctica simbólica busca infundir protección y bendiciones en los hogares, ya que se cree que las ramas de olivo tienen el poder de alejar las malas energías y atraer la prosperidad y la armonía. Una vez finalizada la misa, las ramas de olivo son colocadas en las ventanas o balcones de las casas, donde permanecerán como amuletos protectores.